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Los Reyes magos son... un humo de sueños que de pronto cristaliza y esculpe en realidades tangibles la áurea efusión de las ilusiones.
Vienen guiados por una estrella, pero ellos mismos son luz. Van a adorar a un niño; pero ellos mismos alojan en su alma de reyes un alma de niño. Melchor, Gaspar, Baltasar, ¿cual es vuestro premio? En Belén, hace dos mil años, el Hijo de María puso encima de los recamados de vuestros mandos reales la máxima condecoración. Os nombró mantenedores perpetuos de la clara ingenuidad de los niños de todos los siglos. Os distinguió, Embajadores eternos, imprescriptibles, de una alegría sin mancha: de una alegría que cada año deposita su semilla en los corazones que no conocen la sombra.
Niños, esperad; los Reyes ya llegan. Parece mentira, pero ya casi están aquí. Vestir de limpio vuestras vidas para recibirlos. Acoged la espléndida cabalgata con ese júbilo de que solo vosotros sois capaces. Ellos os traen un regalo y un Mensaje. Un juguete y un recado -amoroso recado- del Niño de Belén.
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