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D. FEDERICO MAYO GAYARRE

Juan Pasquau Guerrero

en SAFA. nº 23. Septiembre-octubre de 1963

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Nos quedó pendiente del pasado número una imperdonable omisión: el INV ha sido el organismo que verdaderamente construyó la Residencia, Hogar y Capilla de Linares y el Instituto laboral de Baena, y que ha atendido a las importantes reparaciones y acomodaciones de edificios realizadas este verano.

El INV tiene una historia que podemos llamar gloriosa. La expansión española en el orden de la vivienda es obra suya. Él ha transformado la paz de nuestras ciudades, pero sobre todo ha contribuido como nadie a la elevación de vida de la familia obrera; de esa familia tan nuestra, la familia de nuestros peques, de nuestros profesores y empleados, de nuestros antiguos alumnos, proporcionándoles el recinto digno donde llevar una vida digna. Sabemos cómo una buena vivienda es además estímulo para una vida mejor en todos los órdenes. Hemos contemplado frecuentemente el rostro de antiguos alumnos que nos han invitado a su nueva casa: una vivienda del Instituto. Y siempre, siempre, nos han hablado a la vez de nuevos planes de prosperidad: un cambio de empresa, una capacitación mejor, unas horas extras... Había que poner la casa bien, comprar electrodomésticos, acomodar sus vidas; aún sus conciencias, contagiadas con la limpieza de esas nuevas paredes, aspiran a un nuevo ritmo de vivir.

El INV está íntimamente relacionado con la Institución. Fue aquel hombre providencial, de gran corazón, llamado Federico Mayo, quien comprendió enseguida la febril y apostólica inquietud del P. Villoslada por dar educación a millares de niños andaluces y se entregó a nuestra obra con una generosidad sin límites.

Un decreto ministerial, el 6 de agosto de 1947, vino a ratificar legalmente estas aportaciones, declarando que el INV construiría nuestros edificios en aquellas localidades donde existieran viviendas de protección estatal subvencionadas por el mismo, y así construyó el INV, y aún dotó de maquinaria y mobiliario, los Centros de Úbeda, Andújar, Linares, Alcalá la Real, Baena y Villacarrillo. Estos totalmente, y parcialmente los de Villanueva del Arzobispo y El Puerto de Santa María. Los edificios permanecen en propiedad del INV y en usufructo perpetuo de la Institución.

¿Cómo no recordar aquellas visitas de don Federico Mayo a los Centros de Jaén, Baena y Puerto, una de ellas acompañado de todo el personal del Instituto? En aquella ocasión fueron concedidas las Medallas de Oro y de Plata de la Institución a las altas jerarquías del INV.

Dos órdenes ministeriales de la Presidencia del Gobierno, del 1 de agosto y 21 de noviembre del 51, dieron un paso más, encargando al INV aun del sostenimiento de los centros nuevos, y así se nos entregó el Cortijo del Gitano y la Dehesa de la Parrilla, fincas ambas en el término de Andujar, que han contribuido al sostenimiento de nuestros Centros.

Los sucesores de don Federico Mayo recogieron su herencia. Tenemos obligadamente que recordar tres nombres: el de don Luis Valero Bermejo, que se unió tanto después a la Institución que hoy es el Presidente de su patronato y que hizo posible la terminación de varios edificios y la concesión de viviendas para el profesorado; el de don Miguel Ángel García Lomas, hoy Director General de Arquitectura, que nos ayudó a poner de nuevo en marcha las obras interrumpidas durante algunos años, y por último, el del actual Director General del INV, don Enrique Salgado Torres, que con su comprensión para nuestra labor ha hecho posible y con gran eficacia la terminación de esos dos grandes Centros que son ya hoy Linares y Baena, y la reparación en gran escala de los edificios tan deteriorados por el tiempo y propiedad del INV.

Seríamos injustos si no recordáramos aquí el nombre del actual Ministro de la Vivienda, don José Martínez Sánchez Arjona. Su visita, en enero del año 62, colmó de satisfacción nuestra Casa de Úbeda. Cuando un alumno le recordaba en el patio de columnas que el INV había “metido muchos goles” a nuestro favor en toda nuestra historia, él se dirigió a los alumnos para asegurarles que seguía estando con nosotros como lo había estado siempre el Instituto, y siguiendo la juvenil imagen del “discurso” de Cutiño afirmó que “seguiría con mucho gusto marcando goles” a favor de la Institución.

En estos 17 años de íntima colaboración, el balance que arroja la aportación del INV es impresionante. Podemos cifrar actualmente en más de 90 millones de pesetas su contribución a edificios, fincas, maquinaria industrial y agrícola, ganado y subvenciones de sostenimiento. Pero esa cantidad es sólo nominal, pues el valor actual de los edificios y demás bienes inmuebles la supera con mucho.

Esta colaboración del INV puede verse recompensada con la realidad de la SAFA y la de su historia: Actualmente sus 8.000 alumnos, sus 19 Centros, dan testimonio de una Obra que hubiese sido difícilmente realizable sin la clarividencia de los hombres que han regido dicha entidad y que han considerado siempre que nuestra obra era necesario complemento a las viviendas para obreros que han esparcido por toda la geografía andaluza.