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Nuevas aportaciones a la historia de la Virgen de Guadalupe (VI)

Ramón Molina Navarrete

en Ibiut. Año XVII, nº 97. Agosto de 1998, pp. 26-27

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Como noche serena y rutinaria

Siguiendo el libro de actas, vemos que en junta de 28-VII-19, se designa predicador a D. Dimas Gómez, del S.C. de M. con residencia en Jaén. (Sus honorarios fueron: 500 ptas. de estipendio, 20 ptas. propina a criados por hospedaje casa del Sr. Párroco y 2 ptas. a cochero por conducirlo a la estación.) Junta el 11-IX-19. Nueva gratitud a D. José Díaz, por diecisiete jarrillos de aceite para el alumbrado de la imagen de la Virgen en el Santuario.

La siguiente junta que consta es la de 9-X-20, en la que se elige nueva junta directiva. No obstante, también por el libro de cuentas, y como ya indicamos en el capítulo III, sabemos que predicó la Novena D. Ramón Molina Nieto, Párroco de Santa Leocadia de Toledo.

La nueva junta Directiva quedó así: Presidente: D. Antonio Cuadra Catena. Vice: D. Sebastián Montero Ferrer. Secretario: D. Marcos Hidalgo Sierra. Vice: D. Andrés Orozco Esteban. Vocales: D. Alejandro Cuesta Martínez, D. Pedro Salas Almagro, D. Antonio Hidalgo Sierra y D. Enrique Orozco Esteban. Vocales Honorarios: D. José Díaz H. de Torralba y D. Gervasio Barrios García. Capellán: D. Aureliano de la Torre Bello. Tesorero: D Manuel Navarrete Montero. Vice: D. Juan de Dios Vico Tamayo.

Esta Junta tomó posesión el 3 de mayo de 1921. Se aprueba contratar como predicador a D. Diego Tortosa, canónigo de la S.I.C. de Madrid. Y que se busquen señoritas para pintar o bordar estadales.

Pero el Sr. D. Diego Tortosa no pudo predicar la novena. En junta de 31 de julio de 1921, el Sr. Montero Ferrer dio lectura a dos cartas "en las que éste señor manifiesta que se halla enfermo de la laringe y que teniendo necesidad de tomar aguas por prescripción facultativa, precisamente en los mismos días de nuestra novena, se ve en el caso forzoso de deshacer el contrato de los sermones de la Virgen de Guadalupe, incidente que es él el primero en lamentar, pero que, no obstante, se compromete en firme para el año venidero, si así lo acuerda gustosamente la Junta de Gobierno de esta Real Cofradía".

El Sr. Ferrer dice que inmediatamente hizo las gestiones y se dirigió a D. Lucas Muñoz Bezares, presente a la sazón en esta Ciudad, para que se encargase del novenario y fiesta, y que aceptó, previo pago de un estipendio de 600 ptas.

Junta, para las cuentas, el 10 de septiembre de 1921. Nueva junta el 28 de abril del 22. Ahora parece ser que sí, puestos de nuevo en contacto con D. Diego Tortosa, acepta, como prometió, hacerse cargo de la novena, pero pide, por carta, se le den detalles de "las condiciones acústicas del templo de Santa María, condición del auditorio, temas de los sermones, etc." Se aprueba responderle.

30 de julio de 1922. Se acepta, "siguiendo la costumbre", celebrar una rifa con el fin de aumentar los ingresos. Este año un Cristo de Limpias. (Costó 100'65 ptas.) El Sr. Presidente hace saber que "será en el año actual D. Diego Tortosa, Canónigo de la S.1. C. de Madrid, quien en anteriores cartas dirigidas al Sr. Cuadra Catena, se compromete en firme a predicar el novenario de la Patrona".

Y se cumplió. El Sr. D. Diego Tortosa, por fin, predicó en Úbeda. Recibió, como nadie hasta ahora, incluidos gastos de viaje, 1.397'50 ptas. Aparte, que sepamos, y como solía ser costumbre, seis botellas de Jerez seco y una de anís; y pago, a D. Sebastián Hurtado, de 95 ptas. por la estancia. Y claro, en Junta de 15-X-22, las cuentas presentan un déficit de 147'93 ptas., "cuyo importe total anticipó el Sr. Presidente, Don Antonio Cuadra, con carácter de reintegrable para el año venidero".

Pero algo debía tener D. Diego, muy de altura debieron ser sus sermones, cuando observamos que en junta de 26 de julio de 1923, se dice: "por unanimidad se acordó que el predicador de la novena en el presente año fuese el Sr. D. Diego Tortosa, canónigo de la S.I.C. de Madrid". (En esta ocasión los gastos fueron: 1.375 ptas. de estipendio y viajes, y 133'25 ptas. de hospedaje. No se especifican más gastos.)

Nueva junta, en Santa María, (16-X-23) para revisar cuentas "que dieron el resultado siguiente...". Pero en el libro de actas este apartado queda en blanco. Algo raro ocurre aquí. Acudimos al libro de cuentas y observamos que los cantidades se cierran con fecha 15 de mayo de 1924 y que aparecen pagos (después de los de diciembre de 1923, con esa misma fecha de mayo) a D. Antonio Cuadra Pasquau, testamentario de D. Antonio Cuadra Catena (q.e.p.d.). Y es que el Sr. Presidente había fallecido.

En junta de 4 de febrero de 1924, reunidos en Santa María, el Sr. presidente interino, D. Sebastián Montero Ferrer, "manifiesta que el objeto para el que los convoca era dar cuenta del fallecimiento del Sr. D. Antonio Cuadra Catena, Presidente efectivo. Los asistentes dieron pruebas de intenso dolor por la muerte del ilustre compañero de junta a cuyo celo sin límites, debía la Real Cofradía, grandes progresos y poderosos desenvolvimientos. Acto seguido, por unanimidad, fue nombrado el vicepresidente, Sr. Montero Ferrer, para sustituir la vacante del Sr. Cuadra (q.e.p.d.), interinamente, toda vez que el presente año era el último de la gestión de la junta actual."

Junta de rutina el 28 de julio de 1924. Se nombra Predicador a D. Rogelio Chillido, Magistral de Valencia. (Récord en el gasto: 1.500 ptas.)

El Sr. Tesorero, no sabemos el porqué, entrega cuentas con fecha 30 de agosto del 24, y se hace cargo de ellas el Secretario D. Marcos Hidalgo, que expresa la siguiente indicación en el libro de cuentas: "Relación de los ingresos y gastos de los que me encargué por ausencia del tesorero, D. Manuel Navarrete, y por mandato del Sr. Presidente".

El 10 de septiembre del mismo año, reunidos previa citación en la Iglesia de Santa María, la junta directiva y cofrades, en número de setenta y cinco, y siendo las siete de la tarde, se abre la sesión. El Sr. Montero Ferrer expone un discurso de exaltación a la Patrona, da las gracias, y como siempre, expresa y "lamenta profundamente la falta de asistencia del resto de los cofrades, que hacen un número de seiscientos y pico, tal vez por no poder y otros, los más, por no querer y por la indiferencia habitual que sienten por reuniones de esta clase". "Terminó su discurso, el Sr. Montero, pronunciando un fervoroso ¡viva! a la Santísima Virgen de Guadalupe, que fue repetido, entre atronadores aplausos, por la concurrencia."

Hubo intervenciones varias, por parte de señoras y señores de la sociedad ubetense, a los que la presidencia fue respondiendo. A continuación, y después de haber expuesto el mismo Sr. Secretario las cuentas, que fueron aprobadas, se procedió a la elección de la nueva Junta Directiva. Salió elegido, como Presidente efectivo, D. Baltasar Lara Navarrete que, desde el 22 de mayo, era también alcalde de la ciudad. Estábamos en plena dictadura de Primo de Rivera y acaparar cargos era lo propio.

Y ya ven, todo continúa dentro de la normalidad, como una noche serena y rutinaria. Mientras tanto, salvo alguna excepción por rogativas, la Virgen llegaba el Sábado de Pentecostés y era recibida hacia primeras horas de la tarde en el Molino de Lázaro por las autoridades y el pueblo. De allí era conducida al Hospital de Santiago, en donde permanecía hasta el día siguiente, que, en procesión, se trasladaba a Santa María. Después, el 8 de septiembre, también en procesión, de nuevo a la Capilla del Hospital, para el día nueve ser trasladada a su Santuario. Unas procesiones diferentes a las que actualmente se realizan, procesiones en donde las autoridades y los ubetenses en masa iban tras la imagen, sin excesivos protocolos, acompañando a la que sentían como Madre y Protectora.
(Continuará)

R.M.N.