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Febrero, febreruno, está diciendo adiós. Desde Úbeda y con frío va esta carta. Hubo de todo en el mes; hasta algún día de primavera. La primavera —ya lo saben ustedes— es caprichosilla. Capri viene de cabra. Los caprinos antojos de la primavera consisten en que, a lo mejor, se ausente en esos días oficialmente «floridos y hermosos» de mayo y, en cambio, se adelante —en un «me verás, pero no me catarás»— durante el 3 y el 4 de febrero.
Noticias recientes de Úbeda. El homenaje al Alcalde, don Manuel Fernández Peña, sencillo y emotivo. Se le impuso la Cruz de Caballero de Cisneros. Hizo la ofrenda del homenaje don Andrés Moreno Siles, y el Exmo. Gobernador de la Provincia efectuó la entrega oficial de la medalla. De otra parte, el Centro de Iniciativas y Turismo está haciéndose digno de su nombre. Tiene iniciativas; esto está claro. Una muy simpática ha sido la de organizar un acto en honor de los ubetenses destacados en 1973. Porque destacaron en Úbeda durante 1973 ubetenses de toda índole: estudiantes, educadores, hombres de acción, hombres de empresa, intelectuales, artistas, profesionales de las más distintas actividades. En la Escuela de Maestría se les proclamó ubetenses distinguidos. Uno de ellos, el Gobernador de Logroño, don José Esteban Santisteban, que pronunció un discurso muy ubetensista. Siempre se ha dicho: la mejor vereda para tomar la carrera del amor a la patria común es encariñarse con la patria chica.
Otros años por estas fechas se celebraba el Carnaval. Ya no hay Carnaval oficial. Pero ¡vaya usted a saber! Hoy los disfraces son más sutiles. Y las caretas están tan maravillosamente hechas que parecen caras. Buen ejercicio: distinguir las caras de las caretas. Y, seamos claros, ¡hay en Úbeda cada cara, que se necesita cara. «Necesitan cara quizá algunos de esos señores que se dedican a vender cosas y que en cuanto a precios no se atienen a lo preceptuado en listas y cifras. Da la impresión de que Úbeda es un pueblo bastante caro en lo que a precios se refiere. ¿En todas partes sube la vida? Bueno, bueno. Pero en Úbeda —nobleza obliga— debe existir la impresión de que todo es mejor. Ojalá. Ojalá, porque no siempre es así. Úbeda, además de ciudad monumental, tiene fama de «centro comercial de la provincia». Para mantener este último título hay que cuidar que la desaprensión de unos pocos no cunda.»
Ya hemos entrado en el «hinterland» de la Semana Santa. Comenzó en enero con la «Fiesta de Jesús» y siguió con la Fiesta de la Agrupación de Cofradías, con homilía a cargo del señor Obispo, doctor don Miguel Peinado. Señaló la necesidad de intensificar la acción puramente cristiana, en todas sus vertientes, de las Cofradías. Y la verdad es que las Cofradías están en línea «A Dios rogando y con el mazo dando». Pero siempre hay que añadir un más.
La aceituna, ¿es noticia? Va a entrar marzo y todavía hay vareadores, granilleras, muleros y «mantos» en Arroyo del Val, en Cuesta Zapata, en Valdejaén, en la Casería de los Frailes... Todavía, por supuesto, hay niños de catorce años que faltan a la escuela por este motivo. Resultados: gran cosecha de aceite. Pero el aceite, muy caro.
Febrero, febreruno. Hace cuarenta años por ahora venía a Úbeda la Compañía de Comedias y Dramas de Manuel Benito Arroyo. Venía de temporada y actuaba en dos funciones diarias. Contaban que Arroyo y su compañía se llevaban —tal era el éxito de las recaudaciones en taquilla— todo el dinero de la aceituna. Comenzaba Arroyo representando un dramón, que casi siempre se llamaba «La cartera del muerto» o «Juan José», de Joaquín Dicenta. Y terminaba, ya próxima la Semana Santa, con la representación de la «Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo», según los textos de Pérez Escrich. Los textos de Pérez Escrich se permitían alguna licencia con el Evangelio de San Mateo. Por ejemplo, en la Pasión que representaba Arroyo, la Virgen le gritaba indignada: «¡Infames!» a los sayones después de la Crucifixión. Y esto a la gente del «gallinero» (y a veces también a la del patio de butacas) le gustaba y aplaudía mucho.
Bueno, pues eran otros tiempos: Termino esta carta recogiendo el agradecimiento de muchos ubetenses a la labor que realizan las sucursales de la Archicofradía de la Virgen de Guadalupe en Madrid y Sevilla. He oído mil veces por ahí: «¡Paco Esteban es un tío estupendo!» También oigo: «¡Pepe Chorizo es fantástico!» O: «¡Antonio Millán vale un Potosí! ¡Y Pedro Bellón!» Esto cuentan. Y como me lo cuentan, lector, te lo cuento.
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