|
En Úbeda -estamos a 9 de diciembre- sucede lo que en todas partes: que acaba de pasar el día de la Purísima y que pronto será Navidad. Nada más salir esta mañana a dar mi paseo por el campo, me encuentro a un agricultor, caballero en su pollino, que acarrea unos haces de leña. El día es espléndido, y el hombre, con ceño preocupado, va y me dice:
-¡Que no quiere llover!
No llueve, no, y la abundante cosecha de aceituna espera en los olivos la sazón de lluvia. Alarma en nuestros labradores por si esto sigue. Pero parece que no seguirá: lloverá al fin el día menos pensado -cualquiera de esos días en que el meteorólogo de la televisión anuncia precisamente anticiclón-, y entonces la aceituna quedará a punto. Y en las mañanas frías saldrán por todos los caminos hacia Valdeolivas, hacia Valdejaén, hacia el Arroyo del Val, hacia Huertañalda, hacia el Picón de Fuentes, nuestros innumerables aceituneros. Y las cuadrillas -vareadores, granilleras, arrieros- iniciarán la batida, entre escarcha, canciones, risas, chismorreos y... «véle ahí» («¡Véle ahí, qué mulo...! » « ¡Sooooo...!»). Por cierto, que los jornales de la aceituna no están nada de mal. Conozco a más de un estudiante del C. O. U. que se dispone a agregarse a las «cuadrillas» para sus gastos de Pascuas.
Sí; celebró con gran esplendor la fiesta de la Inmaculada la Asamblea Local de la Cruz Roja. Por cierto que nuestra Cruz Roja ha estrenado un presidente: don Natalio Rivas. Natalio Rivas es un nombre de Úbeda para Úbeda. Natalio Rivas, con silencio, con gran elegancia, trabaja en varias parcelas de la vida ubetense. Ha contribuido en gran parte a ordenar nuestros recuerdos históricos en el archivo municipal. Y coadyuva también a la ordenación del presente y a las prospecciones del futuro. Por ejemplo, su labor social al frente de la Cofradía de la Humildad ha tenido ya muchos logros. Esperamos que su gestión al frente de la Cruz Roja sea igualmente excelente.
Otro nombre estupendo de estos días: Andrés Moreno Siles, recientemente designado presidente de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa. Se ha rodeado de un excelente equipo de colaboradores, en el que tienen representación todas las edades, y sabemos que ha principiado ya a movilizarse el entusiasmo. ¡Qué gran capítulo de Úbeda éste de las Cofradías! Hay ciegos que no quieren verlo. Pero hay que volver a repetir, sin ambages, que la renovación espiritual de Úbeda -en lo religioso y en lo social- tiene en las Cofradías su instrumentalización mejor.
Ayer venía en la prensa una noticia buena. El asesor de Relaciones Exteriores de la Empresa Nacional de Artesanía gestiona con el Gobernador y con el Alcalde de Úbeda la instalación en nuestra ciudad de un complejo de artesanía alfarera de gran envergadura. Esto es bonito porque es atinar con Úbeda, es «darle en su palo», como suele decirse. Bien estaría una industrialización de Úbeda: y hasta puede que sea preciso. Pero hay que empezar por aquí; para promocionar nuestro pueblo en este sentido, excelente recurso es fomentar su artesanía. Va con nuestro estilo y va con las aptitudes, facultades y vocación de nuestros hombres de trabajo. Esto se merece todo un artículo. ¡La Artesanía Ubetense! Pero no hay tiempo. Hace unos días vino a Úbeda un matrimonio joven alemán que está en España informándose para escribir un libro acerca de la cerámica de artesanía en España. Me estuvieron viendo y me preguntaron algunas cosas sobre este aspecto. Dijeron taxativamente que la manera de trabajar el barro en Úbeda es la más «valiente», la más «original» la de mejor «estilo» que han conocido. (Y, sin embargo en Úbeda seguimos ignorando a nuestros artesanos de lar calle de Valencia.) Gracias sean dadas porque la Empresa Nacional de Artesanía se ha acordado de Úbeda. Felicitación al Alcalde y al Ayuntamiento, que cederá terrenos para las instalaciones que se proyectan.
Hay que terminar la carta, porque va larga.
|